Alcohol, velocidad e inconciencia es una mezcla que puede ser mortal ya sea para el conductor como para los pasajeros que transporta un auto, una moto o un vehículo de carga de personas. En estos tiempos en donde es bastante raro que el auto sufra un desperfecto que pueda afectar vidas y el aumento de dispositivos de seguridad en los vehículos tales como el airbag, freno ABS, cinturones de seguridad inerciales, etc, la responsabilidad recae casi completamente sobre el conductor. Justamente es por eso que se intenta por todos los medios la concientización, como vimos en el artículo anterior, se crean programas para evitar que se ingiera alcohol al conducir, etc. Exactamente el tema del alcohol se tratará en esta nota. Últimamente es común escuchar que el máximo de alcohol en sangre para estar habilitado para conducir es de 0,5 grs, de 0,2 en moto y de 0,0 en vehículos de transporte de pasajeros, pero…¿es esto así?
Definitivamente no es tan así. La cantidad de alcohol depende de la persona, de su contextura física, de su edad, de los alimentos ingeridos antes. A muchas personas con una vaso de cerveza ya se las puede notar eufóricas, con cansancio; mientras que a otras personas uno, dos o tres vasos de la misma bebida no los afecta en absoluto. Es por ello que los 0,5 grs no es una ley a rajatabla. Lo ideal siempre es no consumir nada de alcohol, y no estar pendiente de “si voy por esta avenida capaz están los controles de alcoholemia”, sino tomar conciencia de que lo que ganas estando sobrio es algo tan sencillo como ¡cuidar tu propia vida!
En las líneas siguientes hay un pequeño listado de algunas de las consecuencias de la ingesta de alcohol:
En pequeñas cantidades puede:
» Perturbar la razón y el juicio
» Retardar los reflejos
» Dificultar el habla y el control muscular
» Provocar la pérdida del equilibrio
» Disminuir la agudeza visual y auditiva
» Aumentar el tiempo de reacción
» Desinhibir, provocar sensación de euforia, locuacidad.
En grandes cantidades puede:
» Provocar pérdida de conocimiento
» Dificultar la respiración
» Alterar el funcionamiento general del hígado provocando un daño celular que
se traduce, finalmente, en cirrosis hepática.
» Provocar hemorragia digestiva
» Causar la muerte por parálisis respiratoria y compromiso cardiovascular.
Extraído de: Conace Drogas
La suma de todo esto puede causar indefectiblemente la muerte. Entonces, ¿qué nos cuesta admitir que no somos inmortales?